Aplicaciones móviles | Foto: Archivo particular

DESARROLLO

Aplicaciones móviles: ¿negocio rentable?

Las firmas colombianas que se dedican a la creación de aplicaciones móviles se multiplican. Sin embargo, varios expertos temen que haya una burbuja tecnológica a futuro.

16 de enero de 2016

El Ministerio de las TIC, encabezado por David Luna, hizo una apuesta por el desarrollo de aplicaciones. La cartera ha invertido 44.639 millones de pesos en el programa Apps.co que promueve la creación de empresas tecnológicas cuyo principal producto sea la creación de aplicaciones móviles, portales web, software especializado y contenidos digitales, bajo un enfoque social.

El ministro Luna considera que las empresas dedicadas a la creación de aplicaciones pueden ser el primer eslabón en lo que él denominó “la nueva economía digital”. Y es que varios expertos del sector coinciden en que las aplicaciones móviles se han convertido en uno de los mercados con más posibilidades de crecimiento en los próximos años, debido a la acelerada venta de smartphones y a los nuevos dispositivos en el mercado como los televisores inteligentes.

Según la última medición de Gartner, durante el 2014 se descargaron cerca de 102.000 millones de aplicaciones en todo el mundo y se espera superar la cifra para este año llegando a los 103.000 millones, consiguiendo un beneficio de 26.000 millones de dólares. “Sin duda una clara oportunidad para la industria desarrolladora que debe identificar la mejor manera de atenderlo”, señaló Alejandro Silva representante de la empresa Genexus.

Pero el panorama no es del todo idílico. No son pocas las empresas de tecnología, casi siempre pymes, que se quedan en el camino por no saber elegir un modelo de negocio sostenible en el tiempo. “No se trata sólo de tener una idea revolucionaria, lo importante es entender que el ecosistema digital es cíclico”, explicó Álvaro Trocha supervisor de las empresa Ink Tecnología.

Es claro que no todos tendrán la posibilidad de crear aplicaciones como Tappsi o Rappi, desarrolladas por emprendedores colombianos, que han revolucionado mercados de movilidad o mensajería, pero sí existe una oportunidad de oro para llegar a los teléfonos inteligentes de millones de usuarios no sólo en Colombia.

¿Cuáles son las claves? Hay muchos factores a tener en cuenta. Los expertos del sector de las telecomunicaciones explican que, ahora los usuarios descargan dos tipos de aplicaciones: las que los entretienen y las que le solucionan problemas reales. Por supuesto, encontrar opciones en un mercado tan disputado puede convertirse en toda una quimera para los jóvenes desarrolladores.

Nuevas estrategias

El mayor temor de los expertos es que se esté gestando una especie de burbuja tecnológica, en la que los empresarios lleguen a un punto de estancamiento y las compañías no tengan la capacidad de ser vigentes en un entorno cambiante y atado a la gratuidad como el de las aplicaciones y desarrollos móviles.

En el último lustro, los emprendedores han implementado estrategias basadas en la publicidad móvil para monetizar, sin embargo a largo plazo este modelo no es del todo sostenible. Por esto, la recomendación es buscar fórmulas denominadas ‘freemium’, que combinan descargas gratis con compras al interior de la aplicación.

Actualmente el negocio de las aplicaciones móviles enfrenta varios retos de alto complejidad. El primero tiene que ver con lo pragmático: la aplicación debe ser lo suficientemente atractiva para que los usuarios la descarguen y, aún más, debe ser tan funcional que haya uso continuo.

La única fórmula para combinar ambos factores es que debe solucionar problemas claves de los usuarios. De lo contrario estarán condenadas a pasar al ostracismo y la posterior desaparición.

El otro reto de alta complejidad es que la competencia en el mercado de las aplicaciones es global. La demostración que han dado Uber, Netflix o la propia Tinder es que la competencia de una buena idea no se reduce a Colombia, internet y las descargas son mundiales. La tarea de los desarrolladores es pensar en proyectos aplicables y sostenibles en cualquier parte del mundo.